El 21 de julio de 1855 Walt Whitman recibió en su buzón la carta del que, en esos días, se consideraba el más grande poeta de los Estados Unidos: Ralph Waldo Emerson.
Además de su lugar en la poesía americana del siglo XIX, Emerson era el inspirador de Whitman para “Hojas de Hierba”. Después de unos primeros días no muy aciagos en la crítica para la obra de nuestro poeta de largas barbas, esta carta —incluida en este volumen— debió ser una subida anímica importante para quien se convirtió en inspirador de tantos artistas durante el resto del siglo XIX, todo el XX y lo que va del XXI.
*Querido señor,
No me ciego ante el valor del maravilloso regalo que es Hojas de Hierba. Creo que es una de las piezas más extraordinarias de humor y sabiduría con las que América ha contribuido. Me siento muy feliz al leerla, como cuando el gran poder nos hace felices. Está a la altura de lo que siempre he demandado de lo que parecía la estéril y mezquina Naturaleza, como si mucho trabajo manual, o demasiado temperamento linfático, hicieran de nuestro humor occidental algo gordo y grosero. Me complace tu pensamiento libre y valiente. Me deleita. Encuentro cosas incomparables dichas incomparablemente bien, como debe ser. Encuentro en ti el coraje de enfocar las cosas, que es algo que nos deleita y que sólo una percepción profunda puede inspirar.
Te felicito al comienzo de una larga carrera, que debió tener un principio en algún lado para dar lugar a un inicio como este. Me froté un poco los ojos para asegurarme de que este rayo de sol no fuera una ilusión; pero el sólido sentido de este libro me dio sobrada certeza. Tiene los mejores méritos, concretamente, esfuerzo y coraje.
No supe hasta anoche que vi el libro anunciado en un periódico, que podía confiar en un nombre real y disponible para dar a la oficina de correos. Deseo ver a mi benefactor, y me he estado sintiendo capaz de alcanzar mis metas y visitar Nueva York para demostrarle mis respetos.
R.W. Emerson
Con información de Brain Pickings
*Traducción de Loops Sandoval.