Mientras la generación alrededor de La Onda peleaba por becas del INBA y espacios en suplementos culturales, Juan Martínez (Tequila, 1933) tomó una decisión incomprensible: construyó una cabaña en la playa de Tijuana. La frontera. La ciudad más pragmática, materialista y anti espiritual de México. Ahí pasó décadas escribiendo poesía mística en servilletas de bar, envolturas de comida, pedazos de papel encontrados. José Vicente Anaya lo encontró años después y recopiló esos papeles dispersos. Sin ese encuentro, Juan Martínez sería solo un nombre perdido. Con él, es parte del Archivo Negro de la Poesía Mexicana.
La paradoja de Tijuana
Juan Martínez pudo elegir Oaxaca, San Cristóbal, un ashram en India. Eligió Tijuana años 60. Anaya, quien lo conoció y rescató su obra, escribió: «La inclinación mística hinduísta de Juan lo hizo pensar que el samsara del relativo éxito literario en la capital era solo ilusión. Y decidió vivir en retiro.» Pero eligió la frontera más caótica. La ciudad donde nadie esperaría encontrar a un poeta místico. Esa paradoja fue su libertad: nadie lo buscó, nadie le pidió nada, nadie interrumpió su escritura. Autonomía creativa total.
El encuentro con Anaya
José Vicente Anaya (1947-2020), fundador del infrarrealismo junto a Roberto Bolaño, encontró a Juan Martínez escribiendo en cualquier superficie disponible. Servilletas. Papel suelto. Envolturas. No guardaba los poemas para publicarlos. Los escribía porque tenía que escribirlos. Anaya empezó a recopilar esos papeles. La relación duró más de 30 años y fue de mentoría espiritual profunda. Anaya vio en Martínez a un maestro espiritual y guía literario de primera magnitud.
La influencia fue definitoria: el poema épico «Híkuri» de Anaya, sobre búsqueda espiritual y experiencia con peyote, está fundamentado en las lecturas de Martínez. Anaya tomó de él la idea del poeta como visionario que ve más allá de las apariencias. Esa concepción atravesó todo el infrarrealismo.
Cuando Juan Martínez murió en 2007, Anaya tenía décadas de material disperso. Lo compiló, lo editó, lo publicó: «Toda la Poesía Reunida» con Círculo de Poesía. Sin esa alianza de largo plazo, la obra se habría perdido. Con ella, sobrevivió.
El Corno Emplumado
Pero Juan Martínez no fue ermitaño total. Publicó en El Corno Emplumado*, la revista que Margaret Randall y Sergio Mondragón distribuían en México y Estados Unidos durante los tiempos de gloria de la generación Beat.
- Número 9 (1964): «En torno al fuego y su imagen en el corazón».
- Número 18 (abril 1966): «Con el misterio a cuestas» (traducido al inglés por Elinor Randall) más una antología especial de 24 poetas mexicanos donde aparece junto a Octavio Paz, Jaime Sabines y Rosario Castellanos.
- Número 20 (octubre 1966): «Carta 1» y «Carta 2».
- Número 22 (abril 1967): «Líneas preparatorias a la penetración del entendimiento».
*Haz clic en cada número enlistado para leer toda la revista, incluidos los poemas de Juan Martínez.
En torno al fuego
y su imagen en el corazón
Afirmar desde una penumbra gris
en la inteligencia del ser,
que por su natural trascendencia
ubica dentro de una nostalgia,
todo un mar polifónico
adentro, ahuyentando
de su tierno gemir
ese latido de insondable resonancia
en el corazón del fuego,
es tanto como adquirir potestad en la paciencia del morir,
luego ese crujir de la vida calcinada
al relumbre de recuerdos anófeles. . .
que por el viento vagaban tiernamente
afuera, donde cantando
una estación de fiesta nos miraba.
No necesitaba el establishment mexicano. Tenía red internacional. Desde Tijuana, su poesía circulaba traducida en circuitos Beat de San Francisco, Nueva York y París.
El rescate
Al final, Juan Martínez no fue héroe ni villano. Fue alguien que eligió cómo vivir su vida. Tijuana en lugar de la UNAM. Cabaña en lugar de algún departamento cultural. Servilletas en lugar de editoriales. La amistad con Anaya en lugar de fama inmediata. Murió a los 73 años con su obra dispersa en papeles. Años después, Anaya, Círculo de Poesía y Malpaís Ediciones la rescataron.
No sé si fue estrategia o intuición. Lo que sé es que sobrevivió. Y a veces, sobrevivir es un resultado satisfactorio.
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Anaya, J. V. (2007). Prólogo. En J. Martínez, Toda la poesía reunida. Círculo de Poesía.
Martínez, J. (2018). En el valle sagrado. Malpaís Ediciones (Archivo Negro de la Poesía Mexicana).
Randall, M. & Mondragón, S. (Eds.). (1962-1969). El Corno Emplumado [Números 9 (1964), 18 (Abril 1966), 20 (Octubre 1966), 22 (Abril 1967)].
Yépez, H. (2018). Prólogo. En J. Martínez, En el valle sagrado. Malpaís Ediciones.
Luna, D. (2009). Juan Martínez: Naturalismo místico. Paisaje de tres gritos.

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