El 7 de octubre de 1955, Allen Ginsberg subió al escenario del 6 Gallery en San Francisco y leyó HOWL por primera vez. Todos lo sabemos. Lo hemos leído mil veces.
Pero nadie te cuenta cuánto tiempo estuvo ahí arriba.
La respuesta oficial que encontrarás en casi cualquier libro sobre la generación beat es: 12 minutos. Tal vez 14. Ginsberg leyó la primera parte de su poema, bajó del escenario, y cambió la literatura para siempre.
Excepto que hay un problema: alguien que estuvo ahí escribió una carta al día siguiente diciendo que Ginsberg gritó durante «más de media hora».
Su nombre era Jack Goodwin. Se sentó en primera fila junto a Kerouac. Y documentó todo.

La carta que nadie leyó (literalmente)
Durante 70 años, académicos, biógrafos y especialistas en la generación beat han citado la carta de Goodwin. Es una de las pocas fuentes contemporáneas que existen sobre esa noche.
El detalle: casi ninguno de ellos la leyó realmente.
David S. Wills, investigador que acaba de publicar el libro más exhaustivo sobre el tema (A Remarkable Gathering of Angels), tardó dos años en encontrarla. Lo que descubrió fue perturbador: todos repetían las mismas líneas, con los mismos errores de transcripción.
«Cuando les preguntaba dónde la habían visto, todos decían ‘creo que aquí o allá’», explica Wills en entrevista con Simon Warner. «Pero citaban los mismos fragmentos. Se copiaban entre sí sin verificar».
Cuando finalmente leyó la carta completa, Goodwin describía a Ginsberg gritando a todo pulmón durante «upwards of a half hour» — más de treinta minutos.
No doce. No catorce. Treinta o más.
¿Qué leyó realmente esa noche?
Si Ginsberg estuvo media hora en el escenario, ¿qué estaba leyendo?
La versión oficial dice que solo leyó la primera parte de HOWL. Pero la primera parte del poema, incluso leyéndola despacio, no dura tanto.
Goodwin describe algo más en su carta. Habla de «un largo catálogo descriptivo» que llevaba a «una jeremiada emocionante al final». Una jeremiada es una lamentación prolongada, un llanto profético.
¿Suena como solo la primera parte? No, realmente.
Wills cree que Ginsberg leyó al menos las dos primeras partes del poema. Posiblemente la tercera. Y probablemente comenzó con otros poemas más cortos, tal vez «A Supermarket in California», que había leído con éxito semanas antes en otro evento.
Goodwin escribió que HOWL fue «el número principal» de Ginsberg. Principal. No único.
Por qué nos mintieron (sin querer)
Esto no es una conspiración. Es algo mucho más humano: memoria selectiva.
En 1969, catorce años después de la lectura, Jane Kramer entrevistó a Ginsberg. Él dijo: «Leí la primera parte de HOWL, estaba muy borracho, y di una lectura salvaje y llorosa».
Esa entrevista se convirtió en la versión oficial. Otros biógrafos la repitieron. Se solidificó como hecho.
Pero en la misma entrevista, Ginsberg también dijo: «Leí último». Y sabemos con certeza que no leyó último. Gary Snyder leyó después de él.
«Ninguno de nosotros tiene memoria perfecta», explica Wills. «Yo no recuerdo eventos de hace 20 años con precisión. ¿Por qué confiamos en que poetas famosos recuerden detalles de hace 50 años?»
Gary Snyder cambió su versión de la historia cada década. Lo que dijo en los 70s contradecía lo que dijo en los 80s. Y eso contradecía lo que dijo en los 90s y 2000s.
No es que mintieran. Es que la memoria no funciona así.
Lo que sí sabemos
Hay pistas escondidas en la carta de Goodwin que Wills analizó obsesivamente.
Goodwin menciona «lenguaje del tipo cocksuckingmotherfucker». En los primeros borradores de HOWL, esas palabras específicas aparecen juntas cerca del inicio de la primera parte, en líneas que Ginsberg después eliminó pero pudo haber leído esa noche.
También usa la frase «coro griego» para describir a Kerouac gritando desde el piso. Y resulta que uno de los borradores tempranos de HOWL incluía literalmente las palabras «with a greek chorus»—con un coro griego.
Wills cree que Ginsberg leyó de un borrador intermedio, uno que ya no existe, que incluía líneas que después quitó y volvió a agregar en distintas versiones.
«Copias del poema se imprimieron esa noche y se distribuyeron entre la audiencia», dice Wills. «Si alguien encuentra una, valdría cientos de miles de dólares. Y nos diría exactamente qué leyó».

¿Por qué importa?
Porque la historia que contamos sobre esa noche define cómo entendemos a la generación beat.
Si Ginsberg solo leyó doce minutos de su poema inacabado, es la historia de un poeta borracho que tuvo suerte.
Si leyó treinta minutos, preparó otros poemas, y construyó una performance completa que terminó con un cierre emocional que hizo llorar a la audiencia… es la historia de alguien que sabía lo que estaba haciendo.
No fue solo espontaneidad alcohólica.
Fue arte planificado con apariencia de caos.
¿Quieres saber qué hay detrás de la mitología contracultural? Suscríbete a Barbas’ Review. Y si este contenido te aportó valor, considera hacer una pequeña donación para mantener viva la divulgación cultural independiente.
Haz una donación única
Haz una donación mensual
Elige una cantidad
O introduce una cantidad personalizada
Gracias por tu contribución.
Gracias por tu contribución.
DonarDonar mensualmenteFuentes
Wills, D. S. (2025). The 6 Gallery Reading: What Did Ginsberg Read? Beatdom. https://beatdom.substack.com/p/the-6-gallery-reading-what-did-ginsberg
Warner, S. (2025). Interview #45: David S. Wills. Rock & Beat Generation. https://simonwarner.substack.com/p/interview-45-david-s-wills

Deja un comentario